Diario
Mis relaciones siempre fueron bastante abstractas, como la filosofía. Nunca pude palpar la existencia, y si la nombro es tartamudeando, balbuceando, sin encontrar tierra donde apoyarme. Por eso, más solvente de inexistencia, más acostumbrado a estar afuera que adentro, confundido queriéndolo conseguir todo al precio de no conseguir nada. Describir mi estado es describir una prolongada desgracia. Resulta infructuoso trazarme una identidad. Las aguas turbulentas de la contrariedad, me llevaron de aquí para allá, sin ahogarme nunca…hasta ahora. Jamás alcancé…