Obstinación
Sin una tremenda obstinación—fisiológica y psíquica—no hay lugar para pensar. Hay un tipo de hambre inexplicable que lleva a implicarse en una imperceptible zona de ignorancia por excelencia en la que incluso resulta imposible describir qué clase de ignorancia es, pues no remite justamente a ninguna insuficiencia de saber. El pensamiento, si bien depende del saber, se mantiene por fuera. Si no fuera por todas esas contrariedades de la existencia— no habría pensadores insistentes. Obstinados. Las prohibiciones legales no son…