Visiones veloces

Visiones veloces

Somos también esas monstruosidades que le atribuimos al diablo…Estamos hechos y fabricados mayormente de los atributos que le depositamos a los demás.

La mirada profunda, o desde arriba, termina siempre en arrogancias de trascendencia. La mirada sesgada es la más pertinente. La mirada con otros ojos es siempre benévola.

La mujer, con solo mirar, ya sabe lo que quiere. El hombre demora en comprender esos ojos 33porque los tiene puesto demasiado en sí mismo. El hombre es el desierto; la mujer la flor que crece en ese desierto…
Goethe, Casanova, Baudelaire, Proust, Flaubert, Fellini y algunos pocos más comprendieron que sin la mujer la vida sería demasiado aburrida. Si Eva insistió en comer del árbol prohibido es porque estaba preparándole la cama, y con la cama-unas hojas secas en medio de la nada-todas las demás delicias del mundo. No le tuvo miedo al Dios cruel y atormentado. Arremetió contra esas tímidas prohibicione…s. Se cargó a Adán en sus espaldas. Lo hizo hombre. Ella fue su creadora y no Dios. “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable á los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió y dio también á su marido, el cual comió así como ella”. “Y fueron abiertos los ojos de entrambos, y conocieron que estaban desnudos”. Y desnudos hicieron el amor por vez primera con el ardor del nuevo placer que desconocían. Por primera vez, gracias a Eva y a su serpiente.
La torpeza le ha ganado a la fineza en materia de dolores y placeres. Una burocracia administra el placer con técnica, publicidad y métodos sofisticados del mismo modo que en una clínica se administra el dolor. Cuanta mayor sofisticación del lado administrativo menor sofisticación del lado sensible, o en todo caso menor posibilidad de sensación. Hasta ese especial placer en el dolor se pretende extirpar. Y ni que hablar de ese dolor en el placer.
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